En este contenido, presentaremos un estudio de caso real donde abordaremos la importancia de prestar atención a la utilización de terminales y conectores eléctricos de baja calidad, ya que pueden resultar en problemas serios a corto, mediano y largo plazo. Así, se presentarán todas las informaciones técnicas relevantes para mostrar el impacto que puede causar el uso de materiales de calidad inferior. De esta manera, el lector podrá sacar sus propias conclusiones sobre los beneficios de utilizar materiales de calidad para instalaciones eléctricas.

Conociendo la instalación ensayada

La instalación utilizada en este estudio de caso está ubicada en el municipio de Río de Janeiro (RJ). Esta instalación es responsable de atender a un edificio de 23 pisos, siendo 20 de ellos compuestos por oficinas comerciales, un total de 630, y tres pisos de áreas técnicas (sala de máquinas, almacén, etc.).
La instalación eléctrica del estudio de caso comprende desde el punto de entrega de la empresa eléctrica hasta la protección aguas abajo de la medición individualizada de las unidades de las oficinas comerciales, además de todos los circuitos y equipos de las áreas técnicas y comunes del edificio, con una carga instalada de aproximadamente 2 MVA. En cuanto a la edad de la instalación eléctrica, puede considerarse mixta ya que cuenta con equipos antiguos y otros modernizados debido a una reforma por un siniestro en 2007. El edificio comenzó a funcionar en la década de 1940, y sus instalaciones durante los períodos de ensayos han experimentado algunas actualizaciones ya que eran instalaciones provisionales, que ahora se están actualizando para cumplir con los nuevos estándares de la empresa eléctrica local.

Presentación del caso

La instalación eléctrica en su totalidad, según los resultados históricos, presentaba después de los ensayos termográficos, un promedio anual de ocho a 12 fallas en equipos y circuitos debido a defectos eléctricos y condiciones locales existentes. Algunas de estas fallas eran severas y su reparación llevaba hasta dos días. Estas reparaciones e interrupciones causaban un gran trastorno, especialmente en el edificio y en los clientes comerciales. En otros casos, la reparación llevaba no más de dos a tres horas para resolverse, pero aún así generaba pequeños trastornos y pérdidas de menor intensidad. Después de la utilización de la termografía, notablemente una prueba de carácter predictivo, comenzamos a tener registros de una falta de clientes debido a defectos en la instalación. Esta falla ocurrió poco después del primer ensayo termográfico realizado. Aunque se había investigado en la prueba termográfica, no hubo tiempo suficiente ni recursos disponibles para la intervención y normalización, y la falla causó un problema dos días después de su identificación.

Este caso, atípico en nuestra experiencia, fue analizado con atención especial y generó un cambio en el tratamiento de los análisis, aumentando su rigor y disminuyendo sus tolerancias, ya que la falla ocurrió en un punto caliente que en el momento del ensayo no parecía o se clasificaba como «tan crítico», mientras que otros puntos más críticos no generaron fallas antes de la intervención del mantenimiento.

Con estas medidas revisadas en instalaciones debidamente actualizadas y el cambio de terminales eléctricos utilizados, la instalación no tuvo más incidentes de fallas debido a defectos eléctricos en los períodos de ensayos sucesivos, de 2012 a 2015.

Conclusión

Podemos concluir que el uso de material (terminales eléctricos y conectores eléctricos) de baja calidad puede tener un impacto mucho mayor de lo que podríamos imaginar. Los gastos en reparaciones y mantenimientos constantes hacen inviable cualquier ahorro realizado en la compra de terminales eléctricos que no cumplen con normativas de calidad.